Desde el descubrimiento de los Portales de Salto, la humanidad ha visto resurgir de entre las cenizas a gran cantidad de disciplinas ocultistas y mistéricas. Las ruinas Annunnaki despertaron en buena medida el poder latente en la humanidad, ya sea desde el lado teúrgico (donde la Humanidad se ha encontrado con rituales religiosos con efectos dramáticos sobre la realidad), como desde el lado Psíquico: los Portales de Salto y la experiencia Sathraísta despertaron el potencial psíquico de la humanidad, que de golpe descubrió cómo su conciencia y control de la realidad daba un tremendo salto adelante.
Asimismo, el encuentro con razas profundamente psíquicas, como son los Ur-Obun y los Ur-Ukar permitió el desarrollo y aprendizaje de las disciplinas necesarias para manejar semejante fuente de poder.
Pero asimismo, de entre la sombra entre las estrellas, surgió nuevamente la Antinomia, el mal fundamental que busca devorar las estrellas y la Llama Sagrada que habita en el Empíreo. Los poderes de la Sombra también despertaron junto con los de la Luz. Otros poderes, como los rúnicos o las experiencias Annunnaki, también se han hecho evidentes gracias al viaje estelar.